Nací en Noruega en 1996, por lo que Internet ha estado siempre ahí para mí.
Los últimos cinco años los he pasado en Estados Unidos, estudiando y jugando al baloncesto en la liga universitaria.
Como todo buen estudiante, he pasado muchas noches de estudio haciendo trabajos y procrastinando. Y siempre he buscado la manera más eficiente de estudiar.
He utilizado Google Chrome toda mi vida, y él ha sido mi acompañante durante toda mi época de estudios. Pero ahora que he descubierto Vivaldi, me gustaría analizar mi experiencia en retrospectiva.
Vivaldi vs Chrome: ver varias páginas a la vez
Como la mayoría de estudiantes universitarios, siempre lo he hecho todo desde mi ordenador portátil. Aún no conocía la posibilidad de usar varias pantallas o monitores.
Cuando tenía que hacer algún trabajo, tenía siempre dos, si no tres ventanas abiertas en Chrome: un artículo científico, el propio trabajo, y algo más.
Me gustaba tenerlo todo a la vista, pero ocupaba mucho espacio y era bastante difícil de manejar. Me pasaba la vida cambiando el tamaño de las ventanas, o localizando una ventana en un momento dado.
Aún así pensaba que estaba siendo súper eficiente, con todas esas ventanas abiertas a la vez. Echando la vista atrás, esas noches de biblioteca eran un auténtico desastre en términos de eficiencia.
Yo siempre había utilizado Google Chrome, como tantos otros. Me sentía seguro y cómodo utilizándolo, y estaba acostumbrado a él. Chrome había dado forma a la manera en que usaba internet, sin que me hubiera dado cuenta.
Aunque sabía perfectamente que había otros navegadores, no se me había ocurrido nunca cambiar, porque no había sentido la necesidad de explorar otras opciones. Chrome satisfacía todas mis necesidades (o eso pensaba).
Imaginad el sentimiento de liberación que me invadió cuando conocí Vivaldi y la vista en mosaico. Si hubiera conocido esta posibilidad en la universidad, me habría cambiado de navegador sin pensarlo.
Al activar la vista en mosaico en Vivaldi entras en un mundo de libertad y posibilidades, todo en una sola ventana. Esta función te permite tener varias páginas abiertas a la vez.
Puedes elegir cuánto espacio le quieres dedicar a cada página, así como si quieres que las pestañas aparezcan una al lado de la otra (en vertical) o una encima de la otra (en horizontal).
Esta opción de navegar por distintos sitios a la vez y en la misma ventana habría tenido un impacto muy positivo en mi vida estudiantil.
Navegar entre las páginas que tengas abiertas en vista de mosaico es muy sencillo, lo cual la convierte en una función muy eficiente.
La gestión de pestañas de Vivaldi es superior a la de Chrome
Llevo utilizando Vivaldi unas semanas, y estoy muy impresionado con lo personalizable que es, en comparación con Google Chrome.
Yo suelo tener un montón de pestañas abiertas cuando navego.
Abrir pestañas nuevas en Chrome es súper sencillo. Los usuarios de Chrome están enamorados del comando ⌘ T. Incluso me había acostumbrado a abrir una pestaña nueva, en vez de darle al botón de retroceso para ir a la página anterior
Este hábito se suele traducir en una ventana muy confusa y llena de pestañas, donde resulta muy difícil encontrar lo que uno busca.
En Google Chrome la única alternativa que había, por aquel entonces, era abrir distintas ventanas, donde cada ventana estaba dedicada a un tema. Lo cual no arregla el problema, en verdad, ya que acababa teniendo varias ventanas abiertas, cada una más llena de pestañas que la anterior.
Vivaldi, sin embargo, es un océano de posibilidades en cuanto a la gestión de pestañas.
Con las pilas de pestañas en Vivaldi, puedo organizar las pestañas en distintas categorías para tenerlas ordenadas. Es una opción muy útil, sobre todo si estoy haciendo varias cosas a la vez. Y puedo tener todas las pilas en una sola ventana.
Toma de notas en Vivaldi vs Chrome
En mis días como estudiante, la rutina de búsqueda de información para mis trabajos era la siguiente: primero empezaba abriendo docenas de artículos, y después, junto a las múltiples ventanas y pestañas, abría un documento de Microsoft Word para ir tomando notas sobre lo que leía.
El tener que moverme de una a otra ventana, al mismo tiempo que iba de un artículo a otro, no ayudaba en absoluto con el caos de las pestañas.
Vivaldi, sin embargo, ofrece la posibilidad de tomar notas en el propio navegador.
Para realizar una tarea de la universidad, puedes apilar todas las pestañas de los artículos relevantes y dividir la pantalla para ir navegando por ellos. En vez de tener que tomar notas en un documento de Word, puedo escribir directamente en la barra lateral del navegador.
Si copias/pegas texto o haces una captura de pantalla del artículo, la nota te muestra la URL de la página desde la cual lo has hecho, para que puedas consultarla más tarde. Y hay incluso un gestor de notas a pantalla completa, si lo prefieres.
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Cuando empecé a utilizar Vivaldi, me preguntaba por qué siquiera plantearse un cambio de navegador. No sabía qué opciones me podían convencer para abandonar Chrome.
No acaba de entender: ¿por qué arriesgar algo con lo que estaba cómodo?
En realidad era una falsa sensación de seguridad. Ahora sé que en Chrome las cosas son más complicadas, mientras que en Vivaldi existen herramientas que te facilitan el día a día.
Si quieres saber más sobre mí y conocer cómo llegué a Vivaldi a través del baloncesto, puedes visitar mi blog.
