Dan Arel creó ThinkPrivacy para ayudar a aquellos usuarios que buscan productos y servicios que respeten su derecho a la privacidad, teniendo así más control sobre el tratamiento de sus datos personales en internet.
Trabajó como columnista y periodista en EEUU durante mucho tiempo, y reconoce que uno de los mayores retos de aquella época fue preservar su privacidad personal.
Cuando me di cuenta de la cantidad de información personal mía que había en internet, descubrí que se había violado mi derecho a la privacidad en muchos sitios. Fue entonces cuando empecé a aprender más acerca de cómo las empresas utilizan nuestros datos para su propio beneficio.
ThinkPrivacy recibe muchas sugerencias para incluir apps en su lista, por lo que tiene un riguroso proceso de selección.
Hago todo lo posible por probar personalmente cada una de ellas, y si no tengo el dispositivo adecuado, le pido a alguien de confianza que lo haga. Lo que busco es un historial fiable, si el producto lleva suficiente tiempo en el mercado. Busco transparencia en la política de privacidad y los documentos técnicos, y después investigo más a fondo la empresa en sí. ¿Quién es el dueño? ¿De dónde sale la financiación? ¿Por qué querría alguno de estos actores violar el derecho a la privacidad de los usuarios?
Sólo cuando un servicio o producto cumple con estos requisitos, se incluye en la lista. Con los navegadores los criterios de selección son aún más estrictos.
Me fijo en el tipo de opciones que el navegador le da a sus usuarios. Lo primero que miro es si el navegador ofrece privacidad desde el momento en que un usuario lo instala. No quiero que alguien sin conocimiento técnico tenga que hacer malabares para conseguir que el navegador respete su privacidad. Después miro qué opciones pueden activarse y desactivarse, qué tipo de plugins se permiten o bloquean.
¿Qué es, entonces, lo que Vivaldi está haciendo bien, en términos de privacidad?
En primer lugar, es un navegador seguro desde el primer segundo de uso. En mi opción, hacer preguntas en el momento de la instalación es una solución perfecta. Ayuda a los usuarios principiantes a tomar las decisiones correctas.
En segundo lugar, creo que vuestra presencia llena un vacío en el mundo de los navegadores. Cuando se piensa en grandes navegadores, Mozilla y Chrome suelen venir a la mente. Hay gente que prefiere uno, y gente que prefiere el otro, y creo que vosotros atendéis las necesidades de los usuarios de Chrome, pero ofreciendo más privacidad. Estáis creando grandes acuerdos de colaboración con empresas centradas en la privacidad, e incorporando sus herramientas, lo que muestra que la privacidad es de verdad importante para vosotros, no simplemente una palabra vacía de sentido.
Por último, vuestro modelo de financiación: no tenéis inversores externos y el CEO demuestra ser una persona íntegra. Esto tiene un enorme impacto a la hora de conseguir la confianza de los usuarios.
Según Dan, la queja más habitual respecto a Vivaldi es que no esté disponible bajo una licencia unificada de código abierto.
Valoro mucho que publiquéis el código fuente. Así la gente puede inspeccionarlo. Y aunque algunos acérrimos defensores del código abierto no estén de acuerdo conmigo, creo que es una buena solución intermedia. He añadido un enlace al código de Vivaldi en la entrada de ThinkPrivacy.
Como podéis imaginar, estamos encantados de que se nos incluya en la lista de apps recomendadas de ThinkPrivacy.
Si conocéis algún producto o servicio que creéis que debería formar parte de esta plataforma, podéis enviarles una sugerencia. ThinkPrivacy no tiene anuncios, cookies, marketing de afiliación, ni rastrea de ninguna manera, por lo que es un lugar seguro.