La noticia de la llegada de Edge a Linux no ha dejado a nadie indiferente. Me apasiona el mundo de los navegadores, por lo que decidí echarle un vistazo. Siempre está bien ver novedades en el panorama de los navegadores para Linux.
Partiendo de la base de que tengo claras mis preferencias (Vivaldi es, en mi opinión, el mejor navegador para Linux), he querido compartir hoy con vosotros mis primeras impresiones, tras utilizar Edge durante media hora.
Edge en Linux: distros
Como usuario de Slackware desde hace tiempo, no me sorprendió que, según el anuncio oficial, sólo se vaya a poder utilizar Edge en distribuciones Ubuntu, Debian, Fedora y openSUSE, lo cual significa sólo paquetes .deb y .rpm.
Aunque esto pueda parecer igual en Vivaldi, porque sólo ofrecemos este tipo de paquetes de manera oficial, hemos animado siempre a los desarrolladores de distribuciones que usen otros formatos a que lo recompilen para sus propios usuarios. No nos importa que se ofrezcan opciones de instalación alternativas, siempre y cuando no se haga nada con mala intención y los contenidos de los paquetes no se modifiquen antes de ser distribuidos (dejando a un lado pequeños mods para garantizar un funcionamiento correcto).
También estamos dispuestos a echar un vistazo a los errores que encuentren los usuarios de cualquier distro que esté aún soportada por sus distribuidores. Por lo que hay usuarios activos de Vivaldi en Arch, Gentoo, Solus, Slackware y muchas otras distros.
Va a ser interesante ver cómo Microsoft trata a los usuarios de otras distros, y si van a permitir que se distribuyan otros paquetes (Google prohibe la redistribución de Chrome, por ejemplo).
Por lo pronto he podido probar Edge en mi sistema Slackware sin problemas, extrayendo los contenidos del .deb y abriendo directamente el ejecutable principal. Me sorprendió gratamente que no hayan cambiado las dependencias del Chromium estándar, por lo que podemos asumir que Edge debería funcionar para la mayoría de usuarios de escritorio de Linux, sin importar la distribución que utilicen.
Otro aspecto en el que me he fijado ha sido que sólo hay paquetes para 64bit (amd64/x64). Esta suele la norma de la mayoría de navegadores comerciales para Linux basados en Chromium (Chrome, Brave, Opera, etc.). Si quieres una versión moderna de Chromium y utilizas i686, ARM o ARM64 sólo podrás optar por vanilla Chromium (que suele ser compilado y suministrado por tu distro) o Vivaldi. Aún es pronto para poder afirmarlo, y puede que luego nos sorprendan, pero yo no me haría muchas ilusiones. 😉
Edge en Linux: código abierto
Edge es parcialmente de código abierto, ya que gran parte de su código es el de Chromium. Pero al igual que en Chrome, Opera o Vivaldi, otras partes del código de los productos oficiales tienen licencia, por lo que no puedes compilar tu propia copia de Edge. Aún con todo, comparten algunos arreglos y funciones upstream, lo cual beneficia a todos los navegadores basados en Chromium,
Si te interesa, puedes leer sobre qué parte del código de Vivaldi es de código abierto.
Edge en Linux: privacidad
Uno de los argumentos de Edge para convencer a nuevos usuarios es su compromiso con la privacidad. La empresa responsable tiene que ser de fiar para poder vender la idea de privacidad, en mi opinión. Microsoft no ha tenido nunca una gran reputación entre las comunidades de software libre y de Linux. Además he experimentado de primera mano (gracias a haber trabajado primero en Opera y luego en Vivaldi) cómo Microsoft trata a sus competidores. Por lo que por ahora no me fío mucho.
Aún con todo, parece que Microsoft ha mejorado algo en los últimos años y es ahora más partidario de cooperar con otros, incluyendo a las comunidades de Linux y software libre, que en 2001 fueron denominadas por su entonces CEO, Steve Ballmer, como un “cáncer”.
El cambio puede deberse a que hayan perdido parte del control y poder del que disfrutaban, para beneficio de empresas como Google y Amazon, y un fortalecido Apple. Pero dejando un lado la motivación, parece haber mejoras. Igual que Apple, que se ha ido ganando una reputación en cuanto a privacidad, también cuentan con la ventaja de no ser una empresa de publicidad (como, por ejemplo, Google).
Sus beneficios no están directamente ligados al negocio de la publicidad, por lo cual resulta más fácil creer que consideren al usuario su cliente, en vez de a las empresas anunciadoras. Puedo darles el beneficio de la duda en cuanto a las funciones de privacidad, aunque sigo pensando que detrás de este movimiento de expansión a Linux se esconde algo más.
La función más destacada de privacidad en Edge parece ser la prevención de rastreadores. Desde fuera parece una opción parecida al bloqueador de rastreadores y anuncios de Vivaldi, con varios niveles de bloqueo, aunque con menos control por parte del usuario, como por ejemplo la opción de añadir y editar qué fuentes de bloqueo individuales se utilizan. También echo en falta la posibilidad de ver rápidamente si el bloqueador de rastreadores está activado o no en cada sitio (en Vivaldi puedes verlo desde el escudo que aparece en la barra de direcciones).
Edge en Linux: colecciones
Las colecciones son otra de las funciones estrella de Edge. Se muestran en un panel y son una manera de ‘coleccionar’ pestañas, subrayar partes del texto de una página web y escribir notas básicas. Estas notas pueden ser independientes o estar unidas a una de las pestañas que hayas coleccionado. También puedes sincronizarlas con otros dispositivos donde tengas Edge (en teoría, ya que la opción de sincronización no funciona aún en Linux), compartirlas con otras apps o servicios de Microsoft o volver a abrir las páginas que contenga una selección, aún habiendo pasado tiempo desde que cerraras las pestañas.
Reconozco algunos de los usos potenciales para las colecciones, de otras funciones que tenemos en Vivaldi como las notas, las sesiones guardadas o incluso los marcadores. Combinar estos conceptos puede facilitar las cosas, en algunos casos. Sin embargo, me ha parecido que la funcionalidad de las notas de Edge es menor, ya que no se pueden añadir capturas de pantalla (las páginas van cambiando) y las opciones de formateo son mucho más limitadas. También he echado en falta un editor de notas a página completa. Pero en resumen no voy a ser muy crítico. Es desde luego algo innovador, y me da la impresión de que podría descubrir aspectos interesantes, si pasara más tiempo utilizando el navegador.
Edge en Linux: página de inicio
Una de las diferencias más visibles entre navegadores suele ser la página de inicio o de pestaña nueva. En un principio Edge recuerda mucho a la página de inicio predeterminada de Chromium, pero con algunos cambios. El buscador es Bing, en vez de Chrome (hablaré de ello más adelante).
También tienen una sección de noticias en la parte inferior de la página (o en la mitad, según lo configures). En mi opinión no sirve de nada y parece spam. Sobre todo porque de vez en cuando aparece un banner rojo, cuando hay alguna noticia de última hora.
Esta función podría, de hecho, llevarte a poner en duda su compromiso con la privacidad. Su página de inicio carga muchos recursos externos al abrirse, tanto bibliotecas Javascript externas como el propio contenido de las noticias. Puede que no se usen estos recursos externos para rastrear al usuario, pero el hecho de que se pudiera hacer puede levantar alarmas para algunos. Puedes desactivar las noticias para que no aparezcan, pero esta opción está bastante escondida entre las opciones de configuración de la página de inicio.
Aunque Vivaldi incluye accesos rápidos predeterminados en la página de inicio/pestaña nueva, éstos no se cargan de forma automática, y los usuarios pueden eliminarlos fácilmente, sin necesidad de rebuscar en las opciones de configuración. Mi opinión es que lo mejor sería utilizar una extensión para reemplazar la página de nueva pestaña, si te decantas por probar Edge.
Edge en Linux: buscadores
Sorprendentemente, el buscador predeterminado de Edge es Bing. En un principio no parece que hayan hecho muchos cambios ni mejoras a la búsqueda. Pero después de investigar un poco más, he visto que por lo menos habían incluido una opción para desactivar las sugerencias de búsqueda (aunque no resulta obvia de manera inmediata). A no ser que me equivoque, esta opción no está disponible en Chrome. Las sugerencias hacen que sea mucho más fácil rastrearte, ya que cuando están activadas los buscadores pueden ver casi todo lo que escribes en el campo de direcciones. Vivaldi tiene las sugerencias de búsqueda desactivadas por defecto, aunque puedes activarlas si estás dispuesto a comprometer la privacidad a cambio de comodidad.
Sin embargo, echo en falta muchas otras opciones de búsqueda que esperaba haber encontrado, sobre todo en un navegador que se vende por sus opciones de privacidad. No se puede configurar un buscador específico para las ventanas privadas. Vivaldi sí cuenta con esta posibilidad, y de hecho tiene DuckDuckGo preconfigurado para las ventanas privadas.
La idea es que si has abierto una ventana privada ya estás en una situación en la que es especialmente importante evitar el rastreo, para lo cual sería recomendable utilizar un buscador centrado en la privacidad.
Tampoco he podido encontrar ninguna manera de configurar dos buscadores diferentes para la página de inicio y la barra de direcciones. Esto puede resultar muy útil si sueles utilizar varios buscadores. Sí, también puedes utilizar los apodos para buscadores de Chromium, pero es menos cómodo, en mi opinión. Cuando los intentas usar, la opción del buscador cuyo apodo hayas utilizado aparece abajo del todo de los resultados del campo de direcciones.
Por último, al igual que en Chrome, no puedes configurar el uso de peticiones POST en vez de GET. Esta no es una opción que incorporen todos los buscadores, pero sí algunos centrados en la privacidad, como Startpage. Si utilizas peticiones POST los términos de búsqueda no se almacenan en tu historial local de URLs (una cosa menos que enseñarle a los fisgones con los que compartas ordenador), y supone una protección extra contra la posibilidad de que se envíe tu búsqueda a otros sitios que visites a continuación a través de la cabecera referer (sí, muchos buscadores modifican la cabecera, pero tienes que fiarte de que vaya a ser siempre así).
Formatos cerrados y Encrypted Media Extensions (Widevine)
Edge es compatible con todos los archivos de vídeo habituales de internet. No es de sorprender, dado el tamaño de la empresa, su cantidad de patentes, y por tanto su capacidad para negociar los costosos códecs H.264 y AAC que se utilizan en tantas páginas web.
Además de dar soporte a un amplio número de códecs, muchos sitios populares de streaming como Netflix también utilizan un DRM (Digital Rights Management) llamado Encrypted Media Extensions. Los navegadores Chromium suelen recurrir a Widevine, aunque Microsoft tiene su propio sistema EME, llamado PlayReady.
Curiosamente no utilizan PlayReady (o al menos no en la versión de prueba que han sacado por ahora) en Edge para Linux, sino Widevine.
Y lo que es aún más curioso, Edge contiene una copia de Widevine. Me parece extraño porque no es algo que haya visto en ningún otro navegador basado en Chromium (aparte de Chrome), ya que el acuerdo de licencia con Google/Widevine no parece permitirlo.
Otra última cosa extraña es que el componente de Chromium que actualiza Widevine parece no ser funcional o estar desactivado. Podemos suponer que esto es un error o un problema inicial de la versión de desarrollo, pero es un aspecto al que se le debería prestar atención, ya que puede significar que Microsoft tenga algún acuerdo especial con Google, o que Widevine sea sólo una solución intermedia pero en verdad vayan a utilizar PlayReady.
Edge en Linux: últimas reflexiones
Microsoft ha llevado a cabo más cambios, pero en el poco tiempo que estuve analizando el navegador, no hubo ningún otro aspecto que me pareciera diferente o mejor.
No ofrece tantas opciones como Vivaldi, desde luego, pero creo que es una novedad importante en el panorama de los navegadores de Linux, y me alegro de que haya llegado. La competición nos ayuda a seguir innovando, algo que Microsoft olvidó cuando se centró en la estrategia de “adoptar y extinguir”.
También es digno de mencionar que todos los navegadores Chromium se van a beneficiar de los arreglos y mejoras que Microsoft comparta upstream. Tienen un equipo de desarrolladores grande, por lo que podría haber mejoras interesantes en un futuro. Además, siempre es de agradecer el tener otra empresa en el equipo de la privacidad, si de verdad se van a preocupar por ello.
¿Utilizaría Edge en Linux? No creo que la respuesta sorprenda a nadie: no. Le faltan demasiadas de mis funciones preferidas de Vivaldi, como nuestra gestión avanzada de pestañas, y creo que, al menos por ahora, nos tomamos la privacidad más en serio.
Pero en una dimensión paralela donde Vivaldi no existiera, supongo que me plantearía utilizarlo antes que Chrome, cosa que jamás me habría imaginado allá cuando el lema de Google era “Don’t be evil!” (¡no seas malo!) y Microsoft era la antítesis de la comunidad Linux. Así que…bien hecho, Microsoft. 😉